Coloquio a los 10 años

Coloquio a los 10 años   Un lugar histórico como la Casa Museo León Trotsky sirvió como marco para que se efectuara el 2º Coloquio de la Revista Carta Psicoanalítica el 14 de mayo de 2011. La idea de los organizadores, fue celebrar el 10 aniversario de la revista electrónica a través de un encuentro de…


Coloquio a los 10 años

 
 
Un lugar histórico como la Casa Museo León Trotsky sirvió como marco para que se efectuara el 2º Coloquio de la Revista Carta Psicoanalítica el 14 de mayo de 2011. La idea de los organizadores, fue celebrar el 10 aniversario de la revista electrónica a través de un encuentro de trabajos escritos por los miembros del comité editorial de la revista.
El evento fue un éxito en todos los sentidos, y hasta podría decirse que un acto analítico. Psicoanalistas de diferentes formaciones e historias, algunos pertenecientes a una institución y otros no, se reunieron por una apuesta no común: diálogo, heterocidad y respeto.
Se inició el evento con una presentación por parte del director Julio Ortega B. y después de sus palabras que apuntaron a los problemas de la academización para la investigación, la importancia de los medios electrónicos, la independencia de la revista, y la necesidad de colocar al psicoanálisis en un lugar más trascendente en nuestra sociedad mexicana, tuvo lugar a cabo, la exposición de los trabajos a través de tres mesas de trabajo. Había gente de Querétaro, Toluca, Pachuca, Monterrey, Michoacán, etc. mucha gente joven.
La primera mesa tuvo como protagonistas a tres analistas didácticos de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, miembros del comité editorial que fueron presentados sólo por sus nombres como el resto de los ponentes. Un comentario de uno de ellos posterior al acto, apuntaba a que era grato que no se hiciera una introducción con todos los títulos nobiliarios, sino sólo por el nombre propio que sería finalmente respaldado por el trabajo y no a la inversa.
Esta mesa tuvo trabajos muy serios, profundos. El primero de ellos lo lanzó Griselda Sánchez que hizo una exposición detallada (para apuntar todo) del proceso de memoria, olvido, represión, conciencia e inconsciente en el modelo freudiano. Siguió un trabajo de Julio Casillas, que expuso las dificultades de tratar y comprender la anorexia y la bulimia en un contexto analítico, fue muy inspirada la frase: “es difícil comer con hambre y con asco a la vez”. Siguió un trabajo de corte metapsicológico de Alfredo Valencia que ahondó sobre temas difíciles e hizo una inmersión profunda en la teoría psicoanalítica.
La segunda mesa la formaron Modesto Garrido, Julio Ortega B., y Luis Tamayo. El primero hizo una exposición detenida de lo que podría considerarse un análisis en el sentido lacaniano, y revisó buena parte de las posiciones del maestro francés, con la agudeza y humor que caracteriza al expositor. El segundo, desarrolló un texto más bien literario que tenía como referencias principales a Freud, Lacan y Foucault, se excedió un poco en el tiempo (aunque hubo suspiros masoquistas que pedían siguiera leyendo). El tercero hizo una exposición brillante, con referencia a Heidegger («el hombre es el único animal de la tierra que desea ser otro») y al budismo zen, haciendo hincapié en las relaciones entre psicoanálisis y filosofía.
La tercera mesa por la tarde, fue inaugurada por Susana Rodríguez que habló extensamente sobre la historia del psicoanálisis en nuestro país, justo en el lugar en que tendrá a cabo un encuentro histórico en septiembre de los protagonistas de esta aventura. Siguió Mario Domínguez Alquicira con un trabajo sobre la epistemología del psicoanálisis que recalcó que no sólo el modelo positivista de la ciencia es el que debía ser considerado un camino al saber. José Tappan Merino, habló sobre la especificidad del psicoanálisis en una sociedad que ha entronizado la banalidad, el vacío y la falta de crítica personal («Por qué el éxito de tanta terapia light?»). Terminó Felipe Flores con un trabajo altamente reflexivo, no sólo psicoanalítico sino filosófico… agudo en sus proposiciones y lleno de referentes clásicos («¿En realidad Aristóteles y Platón son antagónicos?», «No hay nada absoluto, es una frase profundamente contradictoria»).
Los autores de los trabajos dialogaron después de cada mesa con los asistentes que llenaron de bote en bote, el pequeño auditorio. Discutieron al final entre ellos, respondieron a todas las preguntas que se les hicieron y estuvieron abiertos a los cuestionamientos.
El evento fue un acto analítico en más de un sentido, pero una muestra de que no sólo la discordia es posible entre psicoanalistas.
Éste es el principio de un segundo aire para la revista que va por sus siguientes diez años. Los trabajos serán publicados en un libro posteriormente y se realizó un documental que será luego ofrecido al público.
¡Enhorabuena Carta Psicoanalítica!