En tránsito…

En tránsito… Editorial Julio Ortega Bobadilla Hemos llegado al número tres de nuestra revista Carta Psicoanalítica. El viaje para llegar a este punto, no ha sido sencillo y queremos hacer algunas puntuaciones. Sostener un proyecto editorial virtual en México es una tarea nueva que topa con diversas dificultades. Desde la búsqueda de las hojas correctas…


En tránsito…

Editorial

Julio Ortega Bobadilla

Hemos llegado al número tres de nuestra revista Carta Psicoanalítica. El viaje para llegar a este punto, no ha sido sencillo y queremos hacer algunas puntuaciones. Sostener un proyecto editorial virtual en México es una tarea nueva que topa con diversas dificultades. Desde la búsqueda de las hojas correctas de registro de los derechos, hasta los formatos en que deben adecuarse los artículos presentan problemas cuya solución, está ahí, pero al final de un rato largo de espera, en la que debe mantenerse imperturbable la fuerza del deseo, pese a todos los obstáculos que se nos presentan.

Muchos amigos y colegas despreciaron, el trabajo en los medios electrónicos. Consideraban que la oferta indiscriminada de nuestro esfuerzo intelectual a los cibernautas llevaría a una vanalización de la información, un agotamiento de nuestro discurso o un borramiento de nuestra voz, en el inmenso hiperespacio de la información. Afortunadamente, tomamos el riesgo, hemos prevalecido y estamos dispuestos a nuevos retos, Carta Psicoanalítica es hoy más que un proyecto una realidad. Con la implementación de los seminarios, la biblioteca virtual, el registro ISSN que estamos solicitando y otras sorpresas que les tenemos reservadas, se cristalizado como una fuente de referencias indispensable, no sólo para quienes están comprometidos con nuestra disciplina, sino para los que inician su viaje en esta profesión imposible.
Iniciamos como nómadas, sin saber si el público estaría interesado en un nuevo espacio y si aceptaría los cambios que implicaba la creación de Carta Psicoanalítica. Pasamos de la plaza amiga de PsicoMundo, a la creación de un nuevo proyecto que ha rebasado todas nuestras expectativas anteriores y se ha convertido en pieza fundamental del escenario de la actividad psicoanalítica en México. Tenemos que agradecer a nuestro amigo Sauval, el ímpetu del inicio, pero lo lógico es que creáramos tarde o temprano, nuestro propio site, que —de inmediato— se concentró solamente en el psicoanálisis, dejando de lado, la infinidad de alternativas académicas y clínicas light dentro de la psicología.
Hemos oído en un reciente encuentro de analistas, que reunió a diversos grupos y escuelas, muchos comentarios favorables a nuestro esfuerzo: “Hacía falta un espacio independiente en México que diera lugar a todos”, “Se han convertido en el canal de información del psicoanálisis”; y también: “Estoy interesada en dar un seminario…” “¿Cómo se hace para tomar los seminarios?” etc.

Nuestra idea desde el principio, fue que cada quien sostenga su propuesta y sus proyectos desde su propia voz. No nos compete aprobar o censurar el trabajo de quienes se nombran analistas. Dejemos eso a los grupos constituidos que —muchas veces— se interesan más en demarcar sus derechos y calificar o descalificar la actividad de sus colegas, que en promover actividades realmente analíticas que con su trazo indiquen el camino a quienes vienen detrás y quieren dedicarse a esta vocación. El psicoanálisis no es, por fortuna, una propiedad privada y seguramente no una religión.

Son muchos los estorbos y dificultades para la formación de un analista, como para que nosotros compliquemos más a la gente con la enumeración de los obstáculos, esfuerzos y desvíos que se anteponen a quien asume el deseo de formarse como analista. No deja de ser importante plantear una pregunta como: ¿Quién es un Psicoanalista?

El título de «Psicoanalista» es usado sin —hasta ahora— incurrir en sanciones legales, por personas con muy diverso grado de capacitación, responsabilidad y experiencia. Define a un analista su pertenencia a un grupo reconocido, su experiencia clínica, su análisis personal, y sobre todo, el reconocimiento social por parte de la comunidad analítica que se traduce en publicaciones, asistencia a congresos, etc. Aún así, no hay garantías y puede uno llevarse muchas sorpresas. Es cierto, existen varias instituciones que convocan analistas en México que tienen criterios precisos que deben cumplir sus asociados: La Asociación Psicoanalítica Mexicana, La Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (Disculparán que traduzcamos lo intraducible), el Círculo Psicoanalítico Mexicano, la Asociación Mexicana de Psicoterapia Analítica de Grupo, etc.

El hecho, es que, resulta difícil ofrecer una lista exhaustiva de las agrupaciones analíticas y de los analistas que existen en nuestro país, son muchas (muchos) y de diverso linaje. Hay quienes consideran que el uso de la propaganda será la puerta que valide su práctica, otros rehuyen el uso de los medios como si estuviesen infectados de la peste, ambas rutas son cuestionables, y en Carta Psicoanalítica hemos iniciado un tercer camino, que es el de ofrecer trabajo de calidad a través de ellos, sin dejar de lado los riesgos que se corren al usarlos, pues hacen 10 veces más grande un acierto y 100 veces mayor cualquier error. No somos una institución y esta libertad nos concede una gran capacidad de acción.

Por otro lado, los grupos que ofrecen formación analítica florecen y seguirán prosperando, porque la historia del psicoanálisis, es también, una historia de pasión en la que los cariños y desafectos se suceden rápidamente y, muchas veces, dan como resultado escisiones violentas entre los fundadores que desconciertan a quienes siguen un determinado proyecto. La historia registra muchos casos así, que han enfrentado incluso padres e hijos (Vrg. Melanie Klein y su hija Melitta Schmidberg) y en México esa historia se ha repetido y seguirá repitiéndose.

En este confuso panorama, todos los grupos están abiertos (o deberían estarlo) a informar sobre su historia, políticas, garantías y actividades, a fin de que el público decida la seriedad de sus propuestas. Es difícil saber que empuja finalmente a un estudiante de psicoanálisis a entrar en proceso analítico con un determinado profesional, usualmente se juegan cuestiones de imagen o imposiciones de regla. Aconsejamos a quienes toman este camino, entender el asunto no solamente como un requisito o una forma de pavonarse frente a los colegas, sino como un descenso necesario a los infiernos que tomará un tiempo, esfuerzo y dolor considerables… las imágenes son lo primero que desfallece.

Pero, volvamos a nuestro tema. Construimos un espacio independiente y abierto, para que, quienes se nombran analistas, lleven al público, a echar de ver, que su trabajo está comprometido con la causa del movimiento psicoanalítico mexicano. Corriente que hoy definimos en crisis, por la multiplicación de prácticas clínicas disímiles, enfoques teóricos diversos y la proliferación de calumnias y murmuraciones que hablan de la necesidad de ventilar el ambiente, a través de la discusión abierta y la contrastación práctica de nuestras ideas, experiencias clínicas e investigaciones. También, mediante el establecimiento de una genealogía del psicoanálisis en México, trabajo que hemos dejado pendiente, pero que abordaremos a través del espacio “El psicoanálisis en México” coordinado por nuestro compañero de ruta Rodolfo Álvarez del Castillo. Quien mejor que él, reconocido luchador de la causa psicoanalítica alejado del centro de rencillas, animadversiones y luchas de poder, para mostrarnos lo que es y ha sido la difícil trayectoria del psicoanálisis en nuestro país… le brindo públicamente mi reconocimiento y le ofrezco una disculpa por los retrasos involuntarios en la habilitación de su espacio. Pido al público paciencia, porque habrá novedades en esta sección: todas interesantes y atractivas. Quizá a algunos, parezca pecado decir que el psicoanálisis está en crisis, no lo pensamos así, sólo tras de una vivencia crítica, el Ser realiza los cambios que necesita para verdaderamente enfrentarse al mundo.
Los foros han funcionado bien y la información sobre eventos relacionados con el tablado analítico no podría ser más oportuna, todos han colaborado en este esfuerzo, enviándonos aviso de sus conferencias, presentaciones de libros o revistas y seminarios.

Sin embargo, esta herramienta aún está subutilizada… nos gustaría ver intercambios frecuentes entre los usuarios en los que discutiéramos sobre los temas que nos importan: clínica, arte y psicoanálisis, filosofía, historia de nuestra disciplina, etc. Hemos abierto recién, un espacio de discusión para el psicoanálisis y el cine, que esperamos despierte la atención del público e inicie sabrosas discusiones sobre el tema.

En fin, estamos trabajando todos los días para ustedes y nuestra labor está rindiendo frutos.

Tenemos un número 3 realmente impresionante. Publicamos trabajos de Enrique Guinsberg y Pola Mejía que deberían haber estado en el número anterior, el trabajo a veces nos rebasa.

Incluimos en este número una parte de los trabajos surgidos del Simposio sobre “Psicoanálisis y filosofía” recientemente organizado en la UNAM.
Este encuentro, ideado y propiciado por nuestro amigo Alberto Constante, ha resultado sumamente importante para que se muestre un espectro de la producción del psicoanálisis en nuestro país y se mezclen dos campos que no debieran estar separados. La coincidencia ha sido, verdaderamente excitante y marcó el retorno de los psicoanalistas a un espacio que alguna vez ocuparon. La segunda parte de los trabajos, aparecerá en diciembre cuando entreguemos el número cuatro de nuestra revista. Ya queremos que venga pronto esa fecha.
Estamos atentos a todas sus sugerencias, colaboraciones, propuestas y críticas. Por favor escríbanos y háganos saber que estamos en el camino correcto o que debemos rectificar nuestra ruta, no queremos otra cosa, más que dejar de lado cualquier discrepancia posible y llevar al psicoanálisis a un lugar diferente en el panorama nacional. Con la ayuda y cooperación de todos ustedes lograremos nuestro propósito.