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“Lógicas unaria, binaria y trinitaria” de Dany-Robert DUFOUR

Betzaved Palacios “Lógicas unaria, binaria y trinitaria” de Dany-Robert DUFOUR Original “Logiques unaire, binaire et trinitaire” en www.dany-robert-dufour.fr/?p=733 Traducción, presentación y notas a cargo de Betzaved Palacios  Presentación Betzaved Palacios Dany-Robert Dufour, uno de los mas importantes filósofos contemporáneos,  no sólo da cuenta, en  el conjunto de sus textos, de una  diversidad de aristas con…


Betzaved Palacios

“Lógicas unaria, binaria y trinitaria” de Dany-Robert DUFOUR

Original “Logiques unaire, binaire et trinitaire” en www.dany-robert-dufour.fr/?p=733

Traducción, presentación y notas a cargo de Betzaved Palacios 

Presentación

Betzaved Palacios

Dany-Robert Dufour, uno de los mas importantes filósofos contemporáneos,  no sólo da cuenta, en  el conjunto de sus textos, de una  diversidad de aristas con las que se define y configura la condición “posmoderna” del sujeto y las sociedades occidentales contemporáneas; también se da a la tarea de precisar que el acontecer de la vida del ser humano se encuentra bajo tres lógicas, y que ellas han estado presentes a lo largo de la historia: la lógica unaria, la binaria y la trinitaria. Es el develamiento de la operación de estas tres lógicas, lo que considero uno de los ejes fundamentales que define la singularidad de la filosofía de Dany-Robert Dufour.

El trazo particular de la posmodernidad, ligada a las condiciones generadas por el capitalismo neoliberal, es precisamente la caída de lleno del hombre en la lógica unaria. Con el reconocimiento  de la existencia de las tres lógicas, el filósofo francés,  despliega  su lectura  desde una mirada histórico-filosófica sobre las grandes transformaciones en  los terrenos de la economía política, la economía financiera, la psiquis y la cultura; en suma, en el vasto campo de la condición humana. Desde su primer texto, Le bégaiement des maîtres. Lacan, Benveniste, Lévi-Strauss, publicado en la editorial Francois Bourin en l988, Dufour se ha dado la tarea de ir despejando las formas lógicas unaria, binaria y trinitaria, analizando sus expresiones en diversas producciones textuales del psicoanálisis, la lingüística, la antropología y más allá de estos tres ámbitos discursivos, como en el arte y la literatura, por ejemplo.

Las tres formas lógicas descritas por Dufour operan y definen, a su vez,  los modos de estar en el mundo del hombre; en ellas se materializan las  formas de pensar, sentir y actuar, desplegadas en la historia. Tres lógicas que pueden ubicarse en diversas expresiones de la cultura, como la religión, la ciencia, la filosofía, la literatura o el arte. Son lógicas que han estado presentes a lo largo de  la historia y cada una ha tenido esplendor, o mayor alcance, en determinado momento.

La forma lógica trinitaria prevaleció durante largo tiempo y, en su contexto, la existencia del hombre se solapaba bajo referentes trascendentales (Dios, el Estado, la Razón…); ésta perderá fuerza  —en la declinación de las figuras simbólicas turgentes del gran Otro—  con la acentuación  que cobrará la forma unaria en el terreno de los individuos, a la que se liga la condición humana posmoderna. La forma unaria, otrora reservada al gran sujeto (Dios) —en la lógica trinitaria—, hoy  pondera un modo autorreferencial, expresado en la definición del “yo” por la lingüística de Benveniste (es yo quien dice yo) o en la forma autorreferencial de la constitución del yo, planteada por Jacques Lacan en su teoría del estadio del espejo, como también en la definición del significante (el significante representa a un sujeto para otro significante); enunciado fundamental en su concepción del sujeto. El modo autorreferencial se expresa también, según Dufour, en la teoría del Mito de Claude Lévi-Strauss; en “la sucesión sin fin de las versiones respecto al Mito”. He aquí los tres maestros que a decir de nuestro autor tartamudean al hablar de la lengua  Una de las principales tesis de Dany-Robert Dufour es que la condición posmoderna consiste en el predominio de la lógica unaria del lado de los individuos; esta forma ha sido arrebata del lado de las figuras simbólicas trascendentales creadas por el mismo sujeto, con la función de regular la coexistencia entre los hombres. Con este arrebato el hombre provoca la caída, de las grandes figuras simbólicas y se deja así mismo librado a la locura masificada bajo la figura política de la falsa “democracia”. 

Entendemos que el planteamiento de Dany-Robert Dufour no se trataría de una sucesión lineal –diacrónica de las formas lógicas, donde una sepultaría a la otra, sino que plantea una coexistencia donde, en un determinado momento histórico, una sobresale ante las otras, y es encarnada, ya sea en una figura simbólica y trascendental o en el pequeño sujeto.  La filosofía de Dany-Robert Dufour tampoco se agota al mostrarnos la sucesión de estas formas lógicas en la historia del hombre, sino que abarca igualmente el develamiento de una pérdida en  el terreno simbólico: en la actualidad, al pronunciarse la lógica unaria en los terrenos de la economía política y el psiquismo, hay algo que perdemos como humanidad. Lo perdido, por la exaltación de la forma unaria del lado del pequeño sujeto, está expresado en el texto Folie et démocratie. Essai sur la forme unaire (1996): la condición de coexistencia colectiva basada en la heterorreferencialidad, esto es, en la condición trascendental del sujeto, regida por la idea de un poder tercero, regulador y ordenador de las relaciones entre los individuos.

En Carta sobre la naturaleza humana para uso de los sobrevivientes (Lettres sur la nature humaine à  l´usage des survivants (París, Calmann-Lévy, l999), Dufour  advierte sobre el cuidado de lo simbólico que debe observar el ser humano, ya que la cultura—nuestra segunda naturaleza, el ethos, el habitad del hombre—se sostiene en al acaecer lo simbólico, porque éste es una morada de lenguaje. Lo simbólico tiene fuerza, en tanto que la vida de los sujetos está centrada en el símbolo. La figura simbólica es el Otro, que organiza y define la vida de los pequeños sujetos, los neotenes. El gran Otro es una figura simbólica, revestida imaginariamente de grandes atributos (como la que encarna la figura de Dios); y uno de ellos es sostener, por nosotros —los pequeños sujetos—  la autorreferencia unaria. Mientras se reservaba la forma autorreferencial unaria a los terrenos de Dios, el sujeto podía apuntalar, en esta figura enaltecida, sus afanes cotidianos y extraordinarios de existencia; pero una vez que el pequeño neotene se invistió de gran(dios)idad, arrebatando la lógica unaria —autorreferencial— con la que se define la figura de Dios, quedará librado a las formas de la locura unaria, propia de la posmodernidad.

Dufour argumenta que bajo la lógica trinitaria existían diversas figuras del gran Otro, las cuales proliferaron a lo largo de la historia; eran figuras simbólicas, investidas de magnificencia y omnipotencia, cuya función era servir de fundamento y origen para las cosas; en ellas, el sujeto encontraba la causa de su existencia. Sin embargo, para el período posmoderno, estas figuras se encuentran en franco declive.

El derrumbe de las figuras del gran Otro guarda relación, sostiene la tesis del autor, con el proceso de “autonomía” unaria, que vive actualmente el sujeto —en los ámbitos económico, político, semántico y psíquico—, promovido por el proyecto económico neoliberal en concordancia con la democracia de masas. Los ideales de la democracia de masas se hallan lejos de la intención de promover una verdadera sociedad cimentada en la libertad y al cuidado de la vida colectiva por su atadura al proyecto neoliberal centrado en los éxitos económicos del mercado. “La cultura y la democracia de masa individualizan: eliminan las añejas solidaridades y hostilidades para no dejar más que individuos solos consigo mismos. Esta tendencia a la individualización ha sido perfectamente evidente desde la invención de la democracia de masas”. Se trata de un binomio perverso que provoca la caída de toda figura de un Ser externo al sujeto; un ser trascendental en cuya referencia se sostenga la conformación del sujeto (psíquico, semiótico, político) y el lazo social entre los individuos.

En este panorama, la heterorreferencialidad se pierde de vista y se deja al sujeto librado a su propia referencia, súbdito de sí mismo y del Mercado. Para Dufour, ello trae como consecuencia un nuevo malestar en la cultura, el cual se corresponde a los efectos de una vida centrada, para los individuos, en la forma unaria. El hombre está hoy en serias complicaciones subjetivas al quedar librado a sí mismo —librado a su propia locura, a lo unario.

El ser humano ha sido despojado de la relación, ontológicamente necesaria, con una figura simbólica que le sirva de cimiento y a la cual pueda invocar para la regulación de las relaciones con los otros; carece de una figura del gran Otro que le proporcione un lugar en la sucesión de las generaciones y le permita definir una identidad, una consistencia subjetiva. La nueva condición humana, carente de referencia con una figura del gran Otro, se torna en inquietud y angustia ominosas; en soledad (en una especie de solipsismo) y en lejanía ante los otros. Esta nueva relación acarrea como consecuencia “nuevas formas de enfermar” o “nuevas modalidades clínicas”, como las nombra Dufour en El arte de reducir cabezas (2003):

[…] mi hipótesis es que en nuestras sociedades, ante nuestros ojos, se está cumpliendo una mutación histórica de la condición humana. Esta mutación no es una simple hipótesis teórica; por el contrario, me parece que podemos identificarla observando un cortejo de acontecimientos, no siempre bien definidos, que afectan a las poblaciones de los países desarrollados. Estos acontecimientos, de los que todos hemos oído hablar son: dominio de la mercancía, dificultades de subjetivación y socialización, multiplicación de los pasajes al acto, aparición de eso que, equivocadamente o no, se denomina “los nuevos síntomas” —por ejemplo, la anorexia, la bulimia, la toxicomanía, la depresión, el ataque de pánico, etc., es decir prácticas de ruptura, de rechazo del vínculo con el Otro, invocados a menudo en diagnósticos llamados de prepsicosis— explosión de la delincuencia en fracciones no desdeñables de la población joven, nueva violencia, y nuevas formas de sacrificios […] (Dufour, Dany-Robert. (2007) El arte de reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo total. p.31 Ed. Paidós).

En tanto la filosofía de Dany-Robert Dufour afirma la expresión de “nuevos malestares subjetivos” centrados en la lógica unaria, considero que su lectura es imprescindible como referente en el campo del Psicoanálisis.  La traducción del texto  Logiques unaire, binaire et trinitaire, que aquí presentamos, es pertinente para adentrarnos en la lectura de los textos de nuestro autor. Si afirmamos que el develamiento de las tres formas lógicas (unaria, binaria, trinitaria), en su determinación de los modos de la existencia humana,  es uno de los ejes fundamentales de la filosofía de Dany-Robert Dufour, podemos considerar imprescindible acompañar la lectura de su amplia bibliografía con su texto Logiques unaire, binaire et trinitaire; un texto,  donde Dufour  nos ofrece –en su página virtual– una especie de síntesis, a la vez que introducción, de lo que él ha desplegado a lo largo de sus textos, en torno a estas formas lógicas que aquí comentamos. 

Para lectores del campo psicoanalítico interesados en el diálogo con la filosofía de Dany-Robert Dufour, considero imprescindible la lectura del texto-esquema –me atrevo a nombrarlo así- Lógicas unaria, binaria y trinitaria,  porque en él se aborda el filum del conjunto de aquello que la filosofía de Dufour devela: la pérdida del peso de la lógica trinitaria en favor de la forma unaria, exaltada en el ámbito de la política –en la falsa democracia–, en la economía capitalista neoliberal, expresada también en las profundas transformaciones de la economía psíquica y en los diversos discursos que alimentan la autorreferencialidad contemporánea.

Pero no es la única razón para acercarnos a este texto, hay una cuestión más que nos convoca a considerar valiosa la lectura de este documento de Dany Robert Dufor, un punto sin duda de gran peso: la posibilidad que nos ofrece de localizar elementos conceptuales que sirvan de referente para pensar, desde una arista filosófica  –de la forma lógica trinitaria- el paradigma  ternario de Jacques Lacan–ISR o RSI–,  así como también para ubicar líneas que, sobre las lógicas unaria, binaria, y trinitaria (la conformación imaginaria del yo, y el inconsciente estructurado como lenguaje, el síntoma en el campo de lo real…sólo por mencionar algunos trazos teóricos) se encuentran presentes en el esclarecimiento de la práctica del psicoanálisis transmitida por Lacan. Dufour es claro cuando señala que en Lacan encontraremos elementos de la lógica unaria pero también trinitaria; al decir el primero que Lacan es “particularmente ágil para pasar de una lógica a otra”. En el psicoanálisis nos concierne pensar sobre las tres formas lógicas que Dufour despeja en su amplia filosofía.  

“Logiques unaire, binaire et trinitaire” en www.dany-robert-dufour.fr/?p=733

“Lógicas unaria, binaria y trinitaria” de Dany-Robert DUFOUR

La LÓGICA UNARIA

La lógica unaria no se basa en relaciones de diferencia entre dos términos;  sin embargo, se sostiene en una identidad tal que estos dos términos se relacionan en espejo, el uno al otro.

Es lo que abre el campo de las lógicas auto-referenciales, enfáticamente estudiadas por el filósofo de la ciencia Douglas Hofstadter en los años ochenta, (distingue la auto-referencialidad suave -en donde los dos términos son ligeramente diferentes-  y la auto-referencialidad fuerte, donde los dos términos son idénticos).

Una lógica de este tipo se encuentra en el fundamento del discurso teológico,  en la figura principal, Dios, que se define en relación a sí mismo, como en el enunciado bíblico « Ehyeh ascher ehyeh » (« Yo soy el que soy”»)  Éxodo III: 14).

Esta definición se la encontrará también, mucho más tarde, en la definición lingüística moderna del sujeto hablante; “Es yo quien dice yo  que Benveniste propuso desde l945, recordando probablemente el YHWH (Yavhe) de su infancia rabínica.

Esta transferencia de la definición autorreferencial del gran Sujeto hacia el pequeño sujeto, testimonia, evidentemente, algunos cambios considerables y altamente problemáticos. El pequeño sujeto tiene que soportar esto que el gran Sujeto (Dios) soportaba por nosotros. 

Porque el auto-engendramiento unario lleva al sujeto también a una expansión infinita (él En-sof de los cabalistas, literalmente, sin límite, sin fin), en una regresión sin termino (el ayin, nada). Esto explica porque para ellos, en su concepción, la Creación procede de la nada y  puede retornar allí.

Del igual modo, es precisamente ésta lógica unaria la que se encuentra en los textos de uno de los más grandes escritores del siglo XX, escritos al final de la segunda guerra mundial: Beckett. 

En las novelas beckettianas, entre más va quedando tomado el narrador en una proliferación discursiva infinita, menos puede captarse a sí mismo, hasta el punto de devenir innombrable.

Estas dos proposiciones, una lingüística (E. Benveniste), y la otra literaria (S. B. Beckett), son, si  las ponemos en serie, de inmenso alcance  filosófico y metafísico. Ellas dejan, en efecto, pensar que con la destitución del gran  Sujeto que había asumido por nosotros esta insostenible forma unaria, el horizonte histórico que se abre también al pequeño sujeto desemboca sobre una irremediable locura. Así, creo poder mostrar que el nuevo sujeto, el sujeto posmoderno, se caracteriza en efecto de no saber dónde, cuándo, quién y cuánto es él.

Pero este ataque a la primera persona del singular, es también, ipso facto, un ataque a la primera persona del plural. El nosotros puede también, desde entonces, encontrarse invadido del discurso delirante. Es una de las tesis que intenté desarrollar en l996 en Locura y democracia.

Veinte años después, en 2016, en La situación desesperada del presente me llena de esperanza, formule la tesis, según la cual, hoy, nuestro mundo se encuentra desordenado, tomado de tres delirios (ver este término).

Agregaría que esta forma unaria  es difícil  de comprender desde la lógica clásica o la lógica binaria (sobre todo en los casos de auto-referencia fuerte). Pero, si no se la puede demostrar, se le puede mostrar. Por ejemplo bajo la forma de una figura topológica, como la banda llamada de Moebius (presentada en l858 por el matemático August Ferdinand Möebius, en la misma época en que George Boole presentaba su álgebra binaria). Esta banda no posee más que un solo lado, al contrario de una banda clásica que posee dos. 

 

Lacan, particularmente ágil para pasar de una lógica a otra, ha utilizado mucho esta figura, en particular, para dar cuenta de la división constitutiva del sujeto.

Para saber más, leer:

Le bégaiement des maîtres

Folie et démocratie. Essai sur la forme unaire.  En español: Locura y Democracia. Ensayos sobre la forma unaria. Editorial Siglo XXI. México 2002

– La situation désespérée du présent me remplit d´espoir

La LÓGICA BINARIA

… se comprende  fácilmente desde la programación o el diagrama de flujo del programa. Instalado  en una computadora, este programa se  caracteriza por una secuencia de operaciones. Donde cada uno, se basa en una condición, que puede ser satisfactoria o no (si/no). Esto es,  decir verdadero o falso.

Según la respuesta, se activa una decisión. La cual combinada con los anteriores,  permitirá llevar la ejecución del programa hasta su fin.

La lógica binaria viene de la lógica clásica pues esta última es bivalente: una proposición sea verdadera, sea falsa,  la verdad de esta proposición se puede representar mediante un número binario. 

 

Los primeros pasos se remontan a Leibniz quien, en l703, publicó una exposición sobre el sistema binario ante la Academia de Ciencias de Paris. Un progreso decisivo hará  el matemático británico George Boole  en los años l850-60, con la  creación del algebra binaria conocida como algebra de Boole. Esta algebra será utilizada en l938 en telefonía por Claude Shannon, amigo de Claude Lévi-Strauss, antes de ser adoptada por la informática.

Esta lógica binaria fue introducida en las ciencias humanas por la fonología estructural (inventada por Roman Jakobson y N.S. Troubetzkoy en el círculo de Praga durante los años 1920-1930). En este campo, el sonido deja de ser un objeto lingüístico en sí para convertirse en elemento de un sistema donde los diferentes sonidos mantienen relaciones diferenciales entre ellos (ellos serán fonemas, en número finito en el sistema). Por ejemplo, la /p/ y la /b/  serán diferencialmente definidos

Fue cuando escuchó a Jakobson presentar sus trabajos de fonología en la Nueva Escuela para la investigación de New York, en los años l940 durante la guerra, que Lévi-Strauss tendrá la idea de trasladar la lógica de los fonemas y de inventar los mythèmes (mitemas) que designará como las unidades básicas del mito, ahora definido por todas sus versiones. 

El estructuralismo, que intervenía sobre el operador binario,  nació y experimento  un desarrollo considerable. Con la ayuda de un simple operador binario, en si mismo vacio de sentido, los grandes textos serán recompuestos en este marco.  La vieja filosofía cedía el paso a las ciencias humanas. La diferencia entre estas y aquella  estará en relación  al trabajo del pequeño operador. Gracias a él  todo se volvió nuevo: la economía política, la literatura, los sistemas de parentesco, los relatos  más contradictorios y  profusos, las profundidades sin fondo de la psique (ψυχη), la organización y  genealogía de nuestros discursos. 

El operador binario metería todo en orden; el caos se convirtió en un  sistema de comunicación, lenguaje, discursos… Las formas más opacas lo mismo que las más locas se volvieron reductibles a formas binarias, más inteligibles. Sometidos al operador binario, el objeto – cual sea (enunciación, inconsciente, relatos, sistema de la moda, del conocimiento, etc.) – devendrán lenguaje o más bien «estructurado como un lenguaje”.

No solamente las prácticas sociales devienen discursos, sino que también las profundidades de nuestro bios, respondería al pequeño operador, de tal suerte que el ADN mismo deviene discurso.

Jakobson señaló en efecto que “el código genético y el código verbal se fundamentan en el empleo de elementos discretos [discretos: que pueden  ser reducidos a dos valores como “si/no” o “0/1”] que, ellos mismos, son desprovistos de sentidos, pero sirven  para constituir las unidades mínimas significativas, es decir las entidades dotadas de una significación que les es propia en el código en cuestión. (R. Jakobson. Ensayos de lingüística general II. 1973. Cf. Capítulo I.) 

La informática, como tal binaria,  se utilizaría para explicar e intervenir en el ADN, para  reescribirlo.

Para saber más, leer:

  • Les mystères de la trinité (cf. Último capítulo sobre la lógica binaria.)
  • On achève bien les hommes.

La LÓGICA TRINITARIA

…implica un conjunto de tres elementos donde cada uno puede definirse por la relación que tiene con los otros dos. Está lógica tiene, evidentemente, orígenes teológicos puesto que ella está presente en la trinidad cristiana que ha ocupado a numerosos pensadores durante miles de años.

Sin embargo ella –la lógica trinitaria- ha actuado en la modernidad, particularmente en la obra de Charles Sanders Peirce (l839-1914), semiólogo americano, considerado, como Ferdinand de Saussure, uno de los padres de la semiología. Si Saussure se inclinó al costado del binarismo, Pierce se sitúa enfáticamente del lado de la trinidad.

Pues todo en Charles S. Peirce, se divide en tres clases. Todo es, según su propio término, tricotomía. 

La definición de Pierce del  signo como “icono, índice y símbolo”, es el ejemplo más conocido de este funcionamiento tricotómico.  Pero este no es más que un ejemplo: no hay, en las decenas de artículos legados por Peirce, de sus estudios, que no se basen sobre el principio triádico. Y esto no es por azar, pues toda la reflexión de Peirce toma apoyo en una crítica del álgebra de Boole que, se ha dicho, dio el verdadero movimiento que conduciría a la lógica moderna y al alfabeto binario de los lenguajes de las máquinas de la informática. 

A partir de la crítica del álgebra de Boole, Peirce, desarrollará una lógica proposicional donde haría uso de un tercer término que más tarde devendrá en el “rechazo” o “binegación”: “ni-ni”. Ahora sabemos  que lo que se nombrará después “lógica trivalente”, en el trabajo de Lukasiewicz en l920 y después en l921 (reunidas al costado de los dos valores de verdadero y de falso de un tercer valor, la  “posibilidad” o “contingencia”) debía, en efecto, estar fechado en los trabajos de Pierce donde se elaboró una lógica triádica.  

De esta lógica,  surge que, si se puede siempre descomponer  una relación trinitaria en relaciones binarias,  no se puede jamás recomponer una estructura de tres términos a partir de relaciones binarias (Ch.S. Peirce, Escritos sobre el Signo, 1978)

El hecho de pasar por relaciones binarias representa una especie de solución provisional teórica y práctica que no debe  hacernos olvidar ni por un momento la eficacia del Tres.

Esta eficacia del Tres, se puede encontrar de modo  particular, en la pragmática narrativa, y en general,  basada en el triangulo pragmático, caracterizando lo que J. F. Lyotard nominó  «Saber narrativo» (Cf. J. F. Lyotard, La condición posmoderna, l979, Capítulo 6).  Este saber no se da en el orden de lo verdadero o de lo falso.  Lo cual no pertenece al orden del conocimiento científico, ni al conocimiento que de él depende. El saber narrativo no se relaciona de hecho con «declaraciones denotativas»; se mezcla  con las  ideas de saber-hacer, de saber- vivir, de saber escuchar; una  habilidad que va más allá de  la determinación y la aplicación del solo criterio de la verdad. El conocimiento narrativo es de interés primordial para nuestra capacidad de narrar. Lyotard anota también que, en los relatos, pueden aislarse  marcadores pragmáticos (¿de quién  obtiene la historia el locutor actual?, ¿a quién la destina?) Pueden ser marcadores pragmáticos aislados, que forman instrucciones pragmáticas. Estas instrucciones pragmáticas marcan la actualización de un relato, en  el que se sitúa, en relación a su versión anterior y a su versión posterior, entre esto que fue y esto que será: ellas regulan las modalidades de transmisión y aprendizaje de la historia, instalando la versión actual en tiempo presente. Así, las historias se abren y cierran con anuncios fijos y declaraciones finales que dicen en sustancia: «Yo te voy a narrar la historia que yo tengo de él» «. En esta estructura, la narrativa deviene un narrador potencial.

 

Esto muestra una fuerte homología entre la estructura de  la instrucción pragmática y la estructura de las personas verbales donde «Yo te hablo a ti, a propósito de él». De un costado, estamos en una encadenamiento diacrónico tal que un sujeto pasa del «tu» al «yo», después del «yo» al «él» y, por el otro, estamos en una estructura sincrónica. El triángulo pragmático es una serie, ternaria, y el sistema constituido por «yo», «tu» y «el» es un ensamblado, trinitario. El uno y el otro son  acontecimientos  -trinitario y espacial por un lado, ternario y temporal por la otra – de la misma estructura fundamental de la simbolización. Nótese que este conjunto trinitario se organiza a partir del «él»,  como  ausente, que permite sea posible la co-presencia de los otros dos, «yo» y «tu». Este «él» tiene su lugar eminente en tanto asume la peligrosa forma unaria, que yuxtapone la expansión sin límite y la regresión sin fin. Ocupar este lugar evita que los sujetos  co-presentes  (el «tu» y sobre todo el «yo») estén allí. Lo cual es bastante cartesiano. Descartes diría, en efecto, que  basta con postular una «substancia infinita» para permitir  tanto el  «ego cogito» y el «yo soy» (Principios de la filosofía, I. 7, 1644). Por mi parte sostengo que es suficiente con suponer un ser unario (autorreferenciado, definido por sí mismo) e  insertarlo en una relación trinitaria para que este ser se transforme  inmediatamente  en un punto de referencia unitaria hecho referencia para otros dos seres.

A partir de ahí, resultaba extremadamente tentador mostrar que las formas teológicas de la trinidad (como la trinidad cristiana) eran de alguna manera sólo una (sublime) trascendencia de las formas inmanentes que actuaban en la palabra ordinaria y en el relato. Tentación, a la que, debo confesar, que cedí en el momento de redacción de los Misterios de la trinidad.

Agregaría que esta forma trinitaria, todo como la forma unaria, se deja muy poco agarrar por la lógica clásica o la lógica binaria.

Sin embargo, si  no podemos demostrarlo, se lo puede mostrar. Por ejemplo bajo la forma de figura topológica, como el nudo borromeo, cuyas primeras representaciones conocidas se remontan al siglo XIII (se podía ver una, en la Catedral de Chartres hasta el incendio de l940 que destruye  esta representación).

 

Véase también, aquí abajo,  esta representación en el Tratado de Iconografía Cristiana del Monseñor Barbier de Montault.

 

Lacan,  particularmente ágil para pasar de una lógica a  otra,  utilizó y trabajó mucho sobre estas figuras topológicas, en particular para  dar cuenta del anudamiento entre los tres órdenes, lo real, lo imaginario y lo simbólico.

Para saber más, leer:

  • Les mystères de la trinitè.

Planteadas estas tres lógicas llevan a considerar la civilización, no como un Choque de civilizaciones diferentes (Samuel Huntington, 1996),  pero si como el lugar de confrontación de estas lógicas. Lo cual, a nivel estratégico, daría tres mundos en lucha: 

 

  • Un mundo donde los partidarios del antiguo Tercero, caricaturizados por fundamentalismos, no cesan de anunciar  la  renovación del arca de la Alianza con el Dios único.

 

  • El mundo conquistador del binario donde el espíritu y el  cuerpo parecerían completamente reconfigurables por los algoritmos.

 

  • El mundo unaire,  plagado de varios delirios que van y vienen de la expansión infinita a la nada. Este mundo unario se presenta hoy bajo tres formas: 1o. el delirio occidental que quiere  riqueza infinita, incluso a costa de la devastación del mundo, 2o. el delirio islamista que quiere la pureza absoluta,  incluso a costa de la «contaminación absoluta», 3o. los delirios fascistas que quieren restaurar la identidad básica de la nación, incluso a costa de guerras civiles que destruyen esta nación.

 

En cuanto a los posibles resultados de estas luchas homéricas y, sin embargo, muy actuales entre unario, binario y trinitario, no hace falta decir que estaría muy feliz de brindarles la respuesta con la transferencia a mi cuenta en el extranjero de la modesta suma de 50 bitcoin. Tengan en cuenta que el bitcoin, es una moneda (del griego nomos, «ley») en este caso  una moneda virtual que enloquece a la gente, y que, en este prefijo, el bit remite a la unidad de información binaria en ingles. Se puede decir de otra manera: las viejas monedas eran trinitarias (llevaban en uno de sus costados un «tercero» en efigie), las nuevas son binarias -esto constituye un elemento de respuesta a la pregunta formulada…

 Le bégaiement des Maîtres Lacan, Benveniste, Lévi-Strauss… (El tartamudeo de los maestros, Lacan, Benveniste, Lévi-Strauss…) aparece en l988 en la edición Francois Bourin. Es reeditado por Ediciones Arcanes/Apertura en l999, en una edición revisada y corregida. Hasta hoy, este texto no ha sido traducido al castellano.

 La autorreferencia alude a una especie de tautología o “vicio lógico”, dice Dany-Robert Dufour: una cosa se “define […] mediante ella misma, lo que sería circular y acabaría […] en una infinita regresión” (Locura y Democracia. Ensayo sobre la forma unaria. (2002) pág. 67. Editorial FCE. México). La “autorreferencia es tartamudeo”, tiene como característica que “el mismo término abre y cierra la misma fórmula” en el ejemplo de la fórmula “es yo quien dice yo”. “Más que de una definición, se trataría de una des-finición, es decir una definición que no finaliza porque siempre nos haría falta seguir definiendo el yo: yo es quien dice yo es quien dice yo es… Para definir verdaderamente cualquier objeto es necesario otro término aparte del que usted quiere definir. Se requiere siempre definir A en términos de B o que una x sea función de una y; sólo en ese marco binario en el que radican dos términos, puede usted hablar de definición.” (Idem. p.59).

 Dufour, D-R: Le begaiment des maîtres… Pp. 27-30. Editorial Arcanes 1999. Francia.

 En castellano: Dufour, D-R. Locura y democracia.  Ensayo sobre la forma unaria. (2002)  Editorial  Fondo de cultura Económica. México. 

 Dufour retoma el término gran Otro de Jacques Lacan, sobre todo considerando su costado histórico. El Otro, alude a las diversas figuras simbólicas que han servido de referente – de trascendencia- al sujeto, dentro del pensamiento trinitario. El Otro, lugar de lo simbólico, en el que el sujeto soporta su existencia. Estas figuras son revestidas imaginariamente de omnipotencia; los sujetos les adjudican la función fundadora y reguladora de las sociedades y de sí mismos. Estas figuras simbólicas se han sucedido a lo largo de la historia: Tótem, physys, Dios, Pueblo, Proletariado. Nuestro tiempo se caracteriza por el vacío respecto de estas figuras simbólicas y la colocación del Mercado en ese vacío, bajo los intereses de la economía  neoliberal. La elevación del Mercado al zenit del cielo existencial de los pequeños sujetos, define sus formas de pensar, sentir y actuar, los modos de gozar y desear (Dany-Robert Dufour: El arte de reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo total. Editorial Paidós. Argentina. 2007).

 Dufour, D-R: Locura y democracia. Ensayo sobre la forma unaria. Pag. 37. (2002)  Editorial Fondo de Cultura Económica. México.

 El término “forma unaria” es  de Dany-Robert Dufour. Así lo leemos en una nota que aparece en su libro Lacan y el espejo sofiánico de Boehme. En esa nota Dufour invita a sus lectores a leer sus textos Le Bégaiement des maîtres (l988) y Folie et Démocratie, essai sur la forme unaria, para adentrarse en la lógica de la forma del Uno dividido, dice: “Remito al lector interesado en la lógica de esta forma del Uno dividido (que yo llamo “unaria”) a los dos libros que he publicado al respecto…” (Dany-Robert Dufour, Lacan y el espejo sofiánico de Boehme. Negritas nuestras. Pp. 42, Nota 31. Editorial Fundap. México.)

 Los términos “nuevas formas de enfermar” y “nuevas modalidades clínicas”, Dufour los comparte con  el psiquiatra y psicoanalista francés Pierre Lebrum.

 Nota agregada por la traductora: El filósofo y científico Douglas Hofstadter, introdujo en  2007 el término “Bucle extraño” en su texto Gödel, Escher, Bach: Un eterno y grácil bucle. (Editorial Tusquet. Barcelona). Allí hace referencia a la autorreferencia y la paradoja, para dar cuenta de “aquellos casos (objetos, procesos o prácticamente cualquier cosa)  formas y estructuras que no corresponde a la oposición de diferencia binaria, como es,  arriba – abajo, dentro-fuera… Algunas pinturas de M.C. Escher, son ejemplo de estos “bucles extraños”.  Dufour cita este trabajo de Hofstadter, en su texto Le bégaiement de maîtres. Lacan, Benveniste, Lévi-Strauss… Editorial Arcanes l988, para dar cuenta de imágenes o enunciados en los que se expresa la autorreferencia, con estas palabras: “…la fin boucle sur le début, le même terme clôt et ouvre la suite. “…el final vuelve al principio, el mismo termino cierra y abre lo que sigue.” p. 29.

 Dany-Robert Dufour hace referencia aquí al sexto capítulo de la quinta parte titulada “El hombre en la lengua”  y a los tres capítulos de la segunda parte  titulada “La comunicación”  del texto de Emile Benveniste  Problemas de lingüística general, publicado en l966 y l974.  Precisión  que el mismo autor nos ofrece en el apartado Bibliografía razonada de las obras citadas, de su texto “Le bégaiment de maitrê….

 El “todo supremo” de los cabalistas. Anotación de la traducción.

 Sobre este tema Dany-Robert Dufour en su texto Locura y Democracia. Ensayo sobre la forma unaria, destina el capítulo X -bajo el título Del innombrable– para referirse a la forma literaria en la que el narrador se encuentra sometido a lo unario, en un mundo laberíntico en el cual, inicio y final se pierden. Dufour afirma que la trilogía de novelas de Beckett: Molloy , Malone muere y El innombrable,  representan, sobre todo esta última,  el comienzo de la época en la que no hay un tercero que soporte lo unario en lugar del sujeto. (Dany-Robert Dufour (2002 Locura y Democracia… Pp. 166).

 Sobre este tema recomendamos la  lectura del texto de Dany-Robert Dufour Le délire occidental et ses effets actuels dans la vie quotidienne: travail, loisir, amour. (2014). Ed. LLL. Les liens qui libèrent. Francia. En español  El delirio occidental y sus efectos actuales en la vida cotidiana: trabajo, ocio y amor. (2015). Mira Ediciones. 

 “Dany-Robert Dufour, alienta a buscar la forma unaria, en diversos objetos heteróclitos […] entre los que se encuentran enlistados […] objeto teóricos de Lacan; el objeto “a” minúscula,  la banda de Moebius, la botella de Klein…” Elena Rangel. Revista Artefacto No. 9. Frenesí de lo visible. Consustancialidad entre locura y democracia. Ecole Lacanniane de Psychanalyse. Editorial Epeele. Podemos dirigirnos para conocer el abordaje de Lacan sobre las figuras topológicas —botella de Klein y  Banda de Moëbius— respectivamente, a  las sesiones  del 16 de diciembre de l964 del seminario Problemas cruciales del Psicoanálisis y la del 10 de junio de l964, del Seminario  Los cuatro conceptos Fundamentales del Psicoanálisis.

 Nota de la traducción: Recomendamos la lectura del texto de Charles Sanders Peirce bajo el título de Tricotomía, con la traducción de Uxía Rivas (l999)

Bibliografía:

Dufour, Dany-Robert.

(1990) Les Mystères de la trinitè. Bibliothèque des Sciences Humaines. Editorial Gallimard.Francia.

(l999) Le bégaiement des Maîtres Lacan, Benveniste, Lévi-Strauss… Edition revue et corrigée. Editorial  Arcanes Hypothèses. Francia

(1996) 1era. Edición en francés Folie e démocratie. Essai sur la forme unaire (2002) Locura y democracia.  Ensayo sobre la forma unaria. Editorial  Fondo de cultura Económica. México

(1999) Carta sobre la naturaleza humana para uso de los sobrevivientes (Lettres sur la nature humaine à  l´usage des survivants. Editorial Calmann-Lévy. Francia.

(2005) On achevè bien les hommes. De quelques conséquences actuelles et futures de la mort de Dieu. Éditorial Denoël. France

(2003/2005) El arte de reducir las cabezas eauSobre la servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo total.  Editorial Paidós. Argentina.

(1998/2005) Lacan y el espejo sofiánico de Boehme. Editorial Fundap. México

(2016) La situation désespéree du present me remplit d´espoir. Face à trois délires politique mortifères L´hypothèse convivialiste. Ed. Le Bord de L´