Psicoanálisis en el Siglo XXI: Un nicho para la libertad

Psicoanálisis en el Siglo XXI: Un nicho para la libertad  Socorro Ramonet Rascón Trabajo presentado en la XXIII Reunión Científica Anual, “Aniversario Sigmund Freud”, Reunión de Candidatos, 3 de Mayo de 2001, Tequesquitengo, Mor. México La pregunta capital de Freud, planteada como hipótesis básica a lo largo y ancho de toda su obra y muy en especial…


Psicoanálisis en el Siglo XXI: Un nicho para la libertad

 Socorro Ramonet Rascón

Trabajo presentado en la XXIII Reunión Científica Anual, “Aniversario Sigmund Freud”, Reunión de Candidatos, 3 de Mayo de 2001, Tequesquitengo, Mor. México

La pregunta capital de Freud, planteada como hipótesis básica a lo largo y ancho de toda su obra y muy en especial en “La interpretación de los Sueños” (1900), aquella que refleja su más profunda perplejidad, ¿Cómo es esta mente que se engaña a sí misma en una forma tal? sigue vigente señalando como un faro los derroteros de nuestra incesante investigación, sorprendiendo con las respuestas que ofrece en la aplicación clínica y expandiendo las hipótesis de la Teoría en caminos cada vez más diversos. Pero, en concreto, el Psicoanálisis ofrece en este momento, como lo ha venido haciendo desde su inauguración, un nicho invaluable para intentar entender los problemas derivados de una mente que funciona en base a la paradoja y al autoengaño.
Puede definirse en algunas características específicas:

  1. a) El último baluarte de la libertad de expresión individual.
  2. b) La posibilidad de establecer un vínculo humano donde la confianza, el afecto y la seguridad rinda los frutos necesarios para la comunicación.
  3. c) Un entorno que permite la corrección de fallas en un proceso de desarrollo dado.
  4. d) Una herramienta de investigación única por la circunstancia en que se da.
  5. El elemento definitorio del Psicoanálisis es el encuadre, definido por Bleger (1985) como el conjunto de constantes gracias a las cuáles puede tener lugar el proceso psicoanalítico.

.Para que el encuadre realmente llene estas características necesita estar vinculado a la Ética, un factor que Juan Tubert-Oklander (Guadalajara,10-2-2000) designó como el factor curativo per se. El encuadre analítico tiene las siguientes características éticas:

  1. No modificación de conducta manipuladora.
  2. No hacer uso del paciente para satisfacer necesidades personales.
  3. Respeto absoluto por la diferencia del paciente.
  4. No adoctrinación de ningún tipo.
  5. No extorsión de ningún tipo.

Es muy interesante notar correlaciones entre el encuadre, definido por parámetros fijos, las características éticas, los supuestos de la teoría del desarrollo y algunos otros sobre la posible causalidad de las patologías hasta encontrar la coherencia inherente en todos ellos, que lleva a logros terapéuticos. El prerrequisito para todo es diseñar y mantener un espacio de absoluta y total libertad en la comunicación de ambos, terapeuta y paciente, investigador y material investigado, y para eso se establece precisamente el diseño de la asociación libre.
Puede observarse lo siguiente:

  1. No modificación de conducta manipuladora involucra el tema con una causa identificada de patología mental como es la conducta manipuladora de los padres en la infancia, ejemplificada en el abuso y el maltrato, la ausencia de empatía con los procesos naturales de desarrollo, la imposibilidad de ofrecer un espacio contenedor, protegido y seguro, donde un psiquismo en proceso de formación pueda manifestarse. La conducta resultante es una tal que ha sido modificada de su proceso natural vía la coerción y la estimulación hacia una constante que determina un gradiente de frustración a las reservas naturales y espontáneas del bebe. Cuando un sujeto fruto de estas circunstancias llega al consultorio, recibe quizá por primera vez en su vida la posibilidad de poder recrear un ambiente de desarrollo, a través de la relación segura, confiable y contenedora con el analista, una opción de conducta y de respuesta que no está condicionada a coerción alguna, donde puede experimentar nuevas respuestas sin la limitante del sometimiento a ningún poder. Puede tener la confianza de que, si no quiere cambiar, nadie lo forzará a ello.
  2. El punto sobre no hacer uso del paciente para satisfacer necesidades personales se relaciona con el hecho de que toda relación humana es una relación interactuante, donde se da y se recibe algo. Generalmente la motivación básica para establecer una relación es la ganancia emocional o afectiva, la satisfacción de necesidades personales. La misma relación más perfecta y altruista que sería la de la madre-hijo, donde la madre en primer lugar da la vida como un regalo que ni siquiera es demandado por el beneficiario, tiene implícita la ganancia de lograr la realización genética, ser madre. A partir de estos modelos, la interacción de las necesidades humanas convierte los procesos de desarrollo en una larga concatenación de influencias y sugestiones, donde siempre se está en función de otro. Pero, la salud requiere de un proceso específico, y de un momento específico, donde un adulto provee a un infante, en circunstancias desiguales, una óptima oportunidad para expresar lo interno, sea talentos, habilidades, experiencias o mensajes genéticos, para poder ser, existir. Ese espacio y momento solo puede ser hecho en la neutralidad de la vida adulta, por la madre y el padre sanos, o por un analista neutral, que inhibe propositivamente sus propias y acuciosas necesidades emocionales personales, para ofrecer el terreno neutro de la pantalla sobre la cual el paciente puede mostrar lo único y diferenciado de el mismo. Y de un espacio y un tiempo donde una relación intersubjetiva puede construir una realidad gratificante que impulse a la vida. El analista cobra sus honorarios precisamente para no cobrar en especie. Para ofrecer el espacio de la reparación óptima.
  3. El respeto absoluto por la diferencia del paciente se relaciona a una diferencia individual existente en todo ser humano que no puede ser nunca suficientemente valorada. Pero es precisamente el primer pivote de las respuestas angustiosas en todos nosotros. El miedo al extraño (Spitz Rene, 1965) es tan ancestral como su lugar en la etapa del desarrollo. No existe un analista en la tierra sin haber sentido angustia ante lo increíblemente extraño de la conducta de su paciente, y más aún, de su propia reacción extraña develada ante sí mismo, gracias al paciente. Pero, aún así, el respeto absoluto a esa diferencia es el objetivo mismo del encuentro terapéutico, a través, precisamente, de la doma de esa angustia mutua. Hoy, como siempre, el valor de la creatividad y la supervivencia inicia y termina en la propia diferencia. Y la experiencia psicoanalítica ha sido expresamente diseñada para obtener la voz del inconsciente, lo prístinamente diferente. El trabajo arduo, en el laberinto de las resistencias, las defensas, la construcción de la transferencia, la reconstrucción del pasado y la construcción del propio ser, a través de la magnifica interpretación que instaura la realidad, son los pasos que lo permiten, último bastión de la sesión analítica: el requisito indispensable para el crecimiento y el desarrollo es la posibilidad de diferenciación.
  4. No adoctrinación de ningún tipo. La pureza del análisis entra aquí directamente relacionada con la posibilidad técnica. El procedimiento analítico requiere de una intervención de parte del analista, estrictamente basada en la interpretación del material inconsciente, porque tanto la teoría del desarrollo, como la metapsicología y la psicopatología convergen en aseverar que la causa del sufrimiento y la dasadaptación es el material inconsciente reprimido, desalojado de la consciencia. Pero como parte esencial del proceso de desarrollo entra la influencia, la sugestión, la identificación con el otro, al grado que somos lo que los otros nos hacen, nos dan, nos construyen (Freud, 1915, Fairbairn 1937, Klein, 1947, Winnicott 1957) o nos privan de. El superyo es el heredero de las identificaciones (Freud, 1924) y de las privaciones o ausencias de ellas. La identificación es el crisol más fino de la adoctrinación, aún cuando la misma es un proceso propositivo, consciente y premeditado de influir en otro, depositando en él, contenidos específicos de ideología y los procesos identificatorios no requieren de la volición. No hay relación humana significativa donde no se encuentre la adoctrinación, excepto, por supuesto, en el campo nítido y claro del análisis encuadrado en la técnica llevada a cabo con toda la ley, en espíritu y en letra. Dice Juan Vives Rocabert (2000) “Toda tentación de adoctrinación por parte del pasicoanalista cancela cualquier ulterior posibilidad del psicoanálisis”. Por eso, la individuación del analista es el primer requisito para que pueda ofrecer al paciente la promesa de un proceso donde la adoctrinación, cualquiera que sea su faceta, será eliminada. Hasta donde es posible ver, en el panorama del mundo moderno, con todos los graves problemas que la masificación y la globalización presenta, donde el aprendizaje y la domesticación a las innumerables ofertas ideológicas de adoctrinación campean como nubes libres y encubridoras, el entorno psicoanalítico es el último bastión de la libertad, precisamente en su restricción adoctrinadora.
  5. La extorsión es tan burda que no existe manual científico que la aborde. Sin embargo, es tan sutil su acaecer cotidiano en la intimidad de las relaciones humanas, que termina por aceptarse como la parte integral de los procesos educativos y de líneas de autoridad. La extorsión última y quizá la más común, es aquella donde los padres imponen con toda la firme y buena consciencia su credo a los hijos y amenazan con retirar su amor, si no son cumplimentados con la fe ciega y la creencia. Por eso, para ofrecer una posibilidad correctiva, la neutralidad del analista es el medio donde la extorsión no se dará. Está implícito en la teoría, en la técnica y en todo el proceso de formación que cualquier influencia o intervención en el sentido de la extorsión, obstaculizará y deteriora irremisiblemente el proceso analítico. Lo maravilloso es que en este mundo, pueda darse tal milagro. Lo más paradójico, es la sencillez que encierra la neutralidad. El encuadre analítico que corrige las fallas más notables del proceso de desarrollo y para poder instalarlo, se necesita de un sujeto, el analista, consciente y comprometido con el ejercicio de una humanidad que en cierto modo, lo trascienda a si mismo, al no repetir con otros lo que se ha hecho con el mismo.

La libertad ha sido glorificada en todas las expresiones culturales, la poesía, la música, la filosofía, la política, la misma ciencia. En todas ellas, su sentido es desiderativo, un anhelo, aspiración, utopía. Solo el Psicoanálisis la ha declarado una necesidad y aún cuando Freud no lo especifico como tal explícitamente, si fue parte de su íntima preocupación el buscar los medios para encontrar la libertad de la mistificación. Su más caro aforismo, diariamente leído en sus paseos por Viena, “La verdad os hará libres”, está en el fondo mismo de la persecución del síntoma, de las defensas y los sueños. Su más hondo pesimismo, el del testamento maldito (Freud, Análisis terminable e interminable, 1937ª), solo indica aquellos límites donde la profundidad del pensamiento lo había llevado, enfrentándolo a la muerte de la ilusión, pero fortaleciendo los límites de la accesible. Se puede ser tan libre como la biología lo permita y dentro de ello, precisamente en los límites determinados por la misma, la necesidad de la libertad para crecer, para desarrollarse y expresar al ser en toda su extensión y diferencia, es lo más ingente.
Elevar la libertad al nivel de necesidad para el desarrollo significó indiciar los medios por los cuáles el hombre se autoengaña, todos ellos inscritos en los procesos intersubjetivos que lo insertan en la cultura. Desarrollar el método que permita su implementación, resultando el encuadre y dentro de él, la asociación libre y la atención flotante, lleva a escuchar frases como estas:
“Esta es la primera vez en mi vida que puedo hablar de esto con alguien…Significa tanto el poder librarme de esta carga, de esta culpa que innecesariamente ha hecho mi vida tan pesada, considerando que yo iba a ser rechazada por todos si hubieran sabido lo que yo sentía por mi padre….Después de todo, han sido mis fantasías las que me han impedido lograr salir adelante…”
“Nunca imaginé que hablar así, tan libremente, sin ninguna dirección, podría llevarme a descubrir un secreto de este tipo….pensar que mi depresión tan terrible y que me hizo perder tantos años de mi vida productiva estuviera relacionada a lo que hice con mi hermano…la culpa, todavía no estoy tan seguro que sea perdonable, pero cuando menos ahora puedo entenderla y hacerme responsable de ella…es mucho más liviana, nada más por saber de que se trata.”
“Lo que te he dicho, sobre el hijo que tuve y quien es el padre y porque lo di en adopción, nadie más lo sabe, nunca lo he dicho a nadie. Pero eso no es lo más importante, sino que gracias a la confianza que te tengo, pude hablar de mi madre, y saber que todo lo que me pasó, nunca debió suceder, y que si ocurrió fue porque mi madre tenía problemas graves, y no era porque no me quería, sino que no me cuidaba porque ella no sabe lo que es cuidar, ¿Cómo lo iba a saber si a ella nadie la cuidó tampoco?…”
“¿Te das cuenta que esto no lo puedo hablar con nadie? ¿Quien lo va a entender sin juzgarlo, sin meterse, sin involucrarse? ¿Dónde voy a poder soltar toda la presión que traigo todo el día y digerir las cosas antes de tomar decisiones? Ya viste lo que pasaba con mi esposa cuando yo le soltaba lo de los líos con mi hermano, ella nomás resonaba en alta dimensión mis corajes y estabamos atrapados en la rabia, cada día con más odio y sin salidas. Ya se que es cuento de nunca acabar, aunque algún día vamos a acabar, y mientras tanto, eso de elaborar las cosas, analizarlas con la cabeza, es una maravilla, porque uno no confunde los pensamientos con la comida, y en lugar de pensarlos, anda uno rumiando con el estómago, lleno de gases, y tronando úlceras.”
Lo difícil de la libertad intrínseca a la sesión psicoanalítica es para el analista, poder lograr la coherencia entre Teoría, Técnica y Clínica.
La Técnica va llevando de la mano para el mismo fin. Su aplicación cuidadosa remite a procesos conocidos donde el saber libera una energía antes desconocida o inutilmente utilizada. Pero no todas las reglas técnicas pueden ser indiscriminadamente seguidas para tal fin. En el proceso de aprendizaje, hay reglas que obstaculizan en lugar de avanzar, por ejemplo, la regla del espejo, por tanto tiempo imposibilitante y alienante. Hay otras, como la interpretación veraz, oportuna y pertinente, sobre todo de las resistencias, que siempre vivifican.
Por último, el triángulo se cierra en la clínica, en el momento mismo donde el paciente y el terapeuta están juntos, en un espacio donde no se ven, sino se intersectan. El dispositivo analítico tiene de especial la universalidad de lo más íntimo, permitiendo que se manifieste lo atemporal de la trasferencia junto a lo concreto del momento y que ese momento precisamente, construya el extraño fenómeno de la libertad, fugaz momento en la consciencia, donde uno puede, escoger una flor u otra en el jardín del deseo.
Este momento de espaciosa posibilidad de libertad, en el universo de la consciencia, es el punto crítico del Análisis. Es donde los elementos de la Etica devienen absolutos e imprescindible. Y donde la discusión científica podría abocarse para penetrar en los misterios del fracaso.
El reto pues, parece ser, lograr implantar esa dimensión de libertad absoluta que el Psicoanálisis ofrece en el encuadre y con la técnica aplicada, en coherencia.
BIBLIOGRAFÍA
Freud Sigmund, 1900, La Interpretación de los Sueños, Traducción Ballesteros. Tomo 1.
Freud Sigmund, 1937ª, Análisis terminable e interminable, Traducción. Tomo 3.
Freud Sigmund, 1924, el Yo y el ello, Traducción Ballesteros, Tomo 2.
Bleger, 1985, (en: Felix Velasco Alva, 1996, Manual de Técnica Psicoanalítica, Edit. Planeta). Tubert-Oklander Juan , (Guadalajara,10-2-2000).
Vives Rocabert Juan, (2000, La Interpretación en Psicoanálisis y en la Hermenéutica, Cuadernos de Psicoanálisis, En-Jun 2000; Vol XXXIII, Nos. 1-2, p. 95).
Spitz Rene, 1965, El primer año de vida del niño, FCE).
[1] Psicoanalista miembro de L’école Lacanienne de Psychanalyse. Vive en México.
[2] . Como Halperin no duda en nombrarlo, en David Halperin, Saint Foucault, Toward a Gay Hagiography, Nueva York/Oxford, Oxford University Press, 1995. Título irónico que implica una práctica contradiscursiva y un modo de ejercitar el discurso en el sentido inverso al establecido. Este autor nos hace ver cómo es que Foucault forja su teoría crítica frente a todas aquellas perspectivas de fabricar una teoría de la sexualidad. Teoría crítica que forma parte de una tentativa estratégica más basta para escapar a esas teorías que pretenden dar con la verdad de la sexualidad. Se trata –nos dice- de desnaturalizar y desrealizar (desubstancializar) la sexualidad con el propósito de impedir servir de fundamento positivo de una teoría de la sexualidad, de impedirle responder a las exigencias funcionales del discurso que debe producir su verdad. Tentativa de destruir la circularidad establecida entre verdad, sexualidad y poder, como esfuerzo por arrancar la sexualidad de las manos de los expertos, y así formar una fuente donde incitar una serie de contra-prácticas para la investigación y la política.
[3] Inserto aquí una nota virulenta que apareció en el texto de Jean Allouch Erotologia de Pasaje (página, 171) y que él mismo nos índica se encuentra en la introducción de Amy Richlin a su Garden of priapus, sexuality and agresión in Roma humor, Oxford, Oxford university press, 1992: Allí se declara que Foucault no cree en la existencia de la sexualidad antes del siglo XIX, que confunde los mundo helenísticos y romanos, que tiene una posición ascética en cuestión del sexo, que es constructivista (opuesto al esencialismo de la autora según el cual hay una esencia femenina) que perjudica a las mujeres, que lleva a la ética a un punto muerto, que es espectador y no partidario, que olvida la experiencia del penetrado (Kinaidos) que mezcla el oprimido y el opresor en una idea casi sadeana, en resumen, y ésa es la conclusión , que es un desalmado.
[4] L’émergence de la sexualité. Épistémologie historique et formation des concepts. Bibliothèque Albin Michel Idées. París, 2005..
[5] Michel Foucault, Siglo XXI editores, México, 1966.
[6] Michel Foucault, Historia de la sexualidad. La voluntad de saber. Tomo I, Siglo XXI editores, México, 1976
[7] Estudios a los que los psicoanalistas no deberíamos ser indiferentes, cuando menos porque dirigen críticas inteligentes al psicoanálisis. ¿Qué son los estudios gays y lesbianos? Son estudios que se desprenden en una gran mayoría de las ideas promovidas por Foucault y no siempre estando de acuerdo con ellas. Otros estudios se desarticulan y se apoyan fundamentalmente en el pensamiento generado a partir de la revisión metodológica realizada por los grupos feministas y su concepto de género. Estos estudios no se reducen a las tribulaciones y sus reflexiones sobre la homosexualidad, la heterosexualidad es también un tema de controversia como los son los estudiosos S/M, las categorías psicopatológicas, lo que concierne al deseo, a la identidad, al placer y al goce (como se ve, temas nada ajenos al psicoanálisis) su perspectiva sociocultural, histórica es todo un pensamiento de hace una veintena de años, que se encuentran promovidos principalmente en los países anglosajones, integrados casi todos a las universidades estadounidenses más prestigiosas. Por supuesto hay grupos independientes, tales como: Queer Nation, vinculado al grupo anti -sida del grupo ACT UP, etc.
[8] M. Foucault, Historia de la sexualidad. La voluntad del saber. Siglo XXI Editores, México, 1976. p. 14. Las negritas son mías.
[9] M. Foucault, Sei to Kenryoku.  (Sexualité et Pouvoir). En Dits et Écrits, París, Gallimard, T III, 1994, p. 552-570
[10] M. Foucault, Op. Cit., 553
[11] M. Foucault, Une interview: sexe, pouvoir et la politique de l’identité. En Dits et Écrits,  T. IV, París, Ed. Gallimard, p. 735-752
[12] Sei to Keinryoku. Op. Cit., Pág. 560
[13] Le sexe et l’effroi.   Paris, Ed. Gallimard, Folio, 1994.
[14] M. Foucault, Op. Cit. , p.563
[15]J. Allouch, « Pour introduire le sexe du maître », L’opacité sexuelle. Le sexe du maître. Rev. L’unebévue, Nº 11, Paris, E.P.E.L., OTOÑO, 1998, P.77 (En español, El sexo del Amo, Editorial Epeele, México, , 2004).
[16] El analista jamás supone lo que es bueno para el otro. Se distinguirá de las philias  y de las caritas. Pues la philia  es el amor que uno a los hombres en el saber sobre el bien común que todos tenemos y la caritas implica el saber sobre la salvación y la gracia. El psicoanálisis no tiene como fundamento estas partes ideales de nosotros mismos gracias a los cuales podemos dominar nuestro destino o alcanzar nuestra salvación. Para la philias, Cf. Aristóteles en la Ética nicomaquea, Ed. Porrúa, México
[17] Lacan señala que Freud rehuía con horror el mandamiento “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” Freud también decía que no era lo suficientemente sádico para basar su tratamiento en la compasión por el sufrimiento de su paciente. Cf. Sigmund Freud, en “El malestar en la cultura” Obras Completas, Amorrortu Ed. T. XXI, B. A. 1976.
[18] En Dits et Ecrits. T. IV, Editions Gallimard, París, 1994. p. 383-411 y 609 a 631.
[19] Historia de la sexualidad. Op. Cit. , p.72
[20] Ibíd., p. 73. Las negritas son mías.
[21] M. Foucault, Généalogie…. Op. Cit., p. 400
[22] J. Lacan, Lituraterre  (1971) En  Ornicar?  Nº. 41, 1987. p. 13.
[23] Varios autores convergen en decir que en los últimos tiempos Foucault se centró más en la ética. Para Alan Schrif “Concebir la ética desde el punto de vista de las prácticas de sí mismo, permitió a Foucault un enfoque en el que la constitución del sujeto pasa desde la voluntad agustiniana a la idea de la vida como obra de arte. En  Pour considérer le sujet comme un processus de soi: de Michel Foucault a Judith Butler.  L’Unebévue. « Les communautés électives I. Une Subjectivation queer ? Nº 15, printemps, EPEL, París, 2000.
[24] J. Lacan, en « La place de la psychanalyse en la médecine » . Cahier du Collège de Médecine, 1966. p.761-774.
[25] M. Foucault, en Á propos de la généalogie de l’éthique un aperçu de travail en cours. Op. Cit., p. 388
[26] Ibid, p. 401
[27] Entrevista de René de Ceccatty, Jean Daner y Jean Le Bitoux. En Foucault live (Interviews, 1966-1984) , Sylvére Lotringer Ed. Semiotext(e), 1989, p. 206-215
[28] Ibid., p. 206
[29]En el argumento para un Seminario dictado en Córdoba, Argentina en el año 2000.
[30] Citado en el mismo Argumento Op. Cit Esta sesión del Seminario de J. Lacan se localiza en L’envers de la psychanalyse. (1969-1970).( También publicado en español con el título El reverso del psicoanálisis. Ed. Paidós libro 17, Barcelona, 1992. p. 122)
[31] Frank Browning, The culture of Desire: Paradox and perversity in Gay lives today. N. Y. Crown Publisher, 1993, p.103

[1] Se dice de la suspensión, paralización, inmovilidad, en lo moral y/o en lo físico
[2] Término Lacaniano que remite a sustituir el deseo materno (reintegrar simbólicamente al hijo(a) a su vientre) por el deseo paterno (establecer un corte entre la madre y el hijo(a) para entregarlo a la cultura)
[3] Unidad abstracta que comprende el conjunto de grafías de una letra
[4] Objeto “a”: Plus de goce, agalma, resto, fantasma, etc., aparece como el operador que le permite a Lacan elaborar un gran número de articulaciones teóricas y clínicas apoyado en el álgebra, la topología y la lógica.
[5] Término lacaniano que denomina la representación imaginaria del pene y su asociación simbólica con el poder